La ruta para encontrar un vida más equilibrada (justa), pasa cerca de una vereda en la que le quitamos la máscara, a muchos de los actos que los mismos humanos hemos desarrollado, con fines egoístas y comodones.
Existe una razón práctica (documentada y demostrada) para entender el por qué de conductas milenarias sagradas: Los judíos no comen cerdo solo por una cuestión de logística; algunas de las guerras de tribus aborígenes, obedecen a cuestiones de equilibrio interno; Jesucristo fue más combativo de lo que entendemos hoy día; las brujas existieron solo para el bienestar de la clase gobernante (la culpa de todos los males no es resultado de una mala organización política, sino de una brujería o una salación).
Pero aunque la solución es de fácil acceso (al menos la conocemos), se tropieza con algunos rasgos propios del humano: Hay que actuar y eso requiere esfuerzo, por eso las soluciones sencillas tienen tanto éxito, y son apoyadas por toda aquella entidad que le conviene la pasividad.
Recomendación
'Vacas, cerdos, guerras y brujas'
Marvin Harris
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