domingo, 17 de febrero de 2013

La verdad no peca...

En ocasiones, es bueno que nos digan 'nuestras verdades', porque, si uno supera el dolor y la vergüenza, y acepta que lo que le dijeron es cierto, entonces, las posibilidades de crecer, aumentan.

De todas las observaciones, vertidas en el libro, me quedo con la siguiente:

'(No) soy un viejo pendejo gruñón que aspiro a la triste satisfacción de dejar claro que no aguanto de buena gana a los tontos. Por el contrario, mi preocupación por que la creencia (y el debate público) se fundamente en los datos más seguros disponibles es, antes que nada, una preocupación ética'.

Recomendación
'Más allá de las imposturas intelectuales' (Ciencia, filosofía y cultura)
Alan Sokal

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