El problema está más allá de los contenidos, de las técnicas docentes, de las formas de evaluación; el conflicto llega de la mano de los múltiples distractores que hacen tan fácil y divertida la vida del estudiante, pero que solo le alcanzan para llegar al aula en cuerpo, pero no en alma ni en espíritu. He ahí el detalle.
De cualquier manera, vale la pena leer:
Recomendación
'Leer y escribir en la escuela' (Lo real, lo posible y lo necesario)
Delia Lerner
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