jueves, 23 de julio de 2009

Discusiones Tusculanas I

El nombre deriva de la región de Túsculo -en la Roma antigua-, en la que Cicerón, en el año 45 antes de la era moderna, y ya retirado de su actividad política, escribe su obra, la cual versa sobre un aparente dialogo (no hay evidencias concluyentes de la existencia de la plática, de ahí viene lo de 'aparente') aleccionador con un adolescente.

La discusión, la cual a lo largo de varias páginas queda convertida en un mónologo, es realmente enriquecedora en su planteamiento sobre la muerte, una de las preocupaciones que muestra el interlocutor. 'Vendrá el tiempo, y en verdad rápidamente, sea que te resistas, sea que tengas prisa, pues la edad vuela. Más tan lejos está que la muerte sea un mal.....'

Y el tema de la sepultura ocupa la atención de los dialogantes, sobre todo si tomamos en cuenta que en esa época, las formas de sepultura que conocemos hoy, no existían, es más, hasta grotescas parecen comparadas con las de aquel entonces (y dicho esto, me recuerda la tragedia clásica griega, Antígona, de Sófocles, en donde la trama se desarrolla a partir de que la heroína, rompe una norma gubernamental y decide poner bajo tierra, el cadáver de su hermano. Puedes leer el comentario sobre esa obra, más abajo, en este blog, bajo el título de 'El riesgo de ser necio').

'Es costumbre... no inhumar los cuerpos de los suyos, si antes no han sido destrozados por las fieras (perros). En Hircania (hoy Irán) la plebe sustenta perros públicos; los nobles, perros domésticos. Por otra parte, sabemos que aquélla es una raza noble de perros, pero cada quien prepara, según sus posibilidades, a aquellos por los cuales sea destrozado', plantea Cicerón.

Más allá de los temas discutidos, el interés central del autor es la filosofía, pues: 'cura a las almas, retira las vanas inquietudes, libera de los deseos, expulsa los temores'.

Recomendación
Discusiones Tusculanas I
Cicerón
SEP Cultura

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