lunes, 20 de julio de 2009

Otra forma de ver al mundo

Bertrand Russell legó tanto de demasiados temas, como para ser desaprovechado; más allá de sus planteamientos matemáticos solo entendibles por expertos, en la mayoría de sus publicaciones ponía a la orden, todas las herramientas para comprender el entorno y sacarle el mejor provecho.

Por ejemplo, para un estudiante (o para cualquiera con inquietud de crecer intelectualmente) que siga sin comprender el sentido de una materia, de una serie de éstas, o de la carrera en general, el primer capítulo del ‘ABC de la relatividad’, escrito en 1925, ofrece pautas para unir lo inconexo o lo absurdo.

‘Lo que se pide es un cambio en nuestra concepción del mundo, concepción que viene de muy atrás, de nuestros antepasados pre humanos, quizá, y que cada uno de nosotros hemos aprendido desde nuestra más tierna infancia….. Copérnico pedía esta misma clase de cambio cuando enseñó que la tierra no está quieta….. La teoría de la relatividad consiste, en buena parte, en desprenderse de las nociones que son útiles en la vida ordinaria’.

En el camino por la vida, conviene explorar todo lo potencialmente útil, porque no sabemos de donde saltará la liebre…

Recomendación
‘ABC de la relatividad’
Bertrand Russell

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